sábado, septiembre 27, 2008

Riquisimo Restaurante Ikibana, otro japonés cosmopolita

Riquisimo
Ayer noche cené en Ikibana - Passeig Picasso, 32- . Un nuevo restaurante cosmopolita que ha demostrado, en un corto trayecto de vida, su posicionamiento en el barrio del Born de Barcelona. Cuando llegué con mi acompañante el local estaba casi lleno.
En el suelo de la entrada una divertida pecera táctil proyectaba raudos pececillos bajo nuestros pies. La música envolvía el espacio salpicado por algunos mosaicos de cristal y obras de arte mural, se respiraba un ambiente distendido. Varias parejas ocupaban algunas de cómodas mesas con taburetes altos, además había un grupo que estaba sentado al fondo. En general gente "guapa".

Mientras hojeábamos la carta conocimos a Richarth, nos comentó que era uno de los socios. Con una increíble simpatía y frescura nos explicó la filosofía de la casa y el porqué de la fusión Japón-Brasil. Resulta que estuvo trabajando en Brasil y que es ahí dónde reside la mayor colonia de nipones. A partir de ese momento nos pusimos en sus manos. En realidad la ejecución de su cocina es japonesa, nada tiene que ver con la brasileña, aunque se distingue por integrar productos mediterráneos.

Empezamos con un aperitivo de judías verdes de soja con sal (Edame) al que le siguió un cebiche que estaba en su punto de lima y cilantro.

Con este tipo de cocina me apetecía un cava así que nos decantamos por un Parxet Titiana Rosado en su formato de 500 ml. Me encanta que algunos viticultores y cavistas catalanes se hayan arriesgado con la elegante pinot noir. La ligera maceración después del prensado aporta a Titiana su característico color rosado con ligeros destellos rubí y un fondo de granadina. Es un cava limpio, correcto, con aromas a frambuesa, moras maduras y arándanos. Marida muy bien con las bases de arroz blanco y también con las tempuras.







A continuación probamos un Ebi Tempura: 4 langostinos de buen tamaño envueltos en tempura. El rebozado, de sutil puntilla, resultó crujiente y ligero, sin rastros de aceite sucio que es lo que suele estropear tan sublimes preparaciones.






Proseguimos con 8 piezas de Picasso Uramaki: rollitos de arroz rellenos de magret de pato, foie-gras mi cuit y espárrago verde envueltos en finas tiras de aguacate y coronados por una confitura de cebolla caramelizada, llevaba algo de manzana, cebollino y sésamo. También probamos el curioso Hot Geisha, un rollo de salmón con aguacate y crema de queso, ligeramente frito que se sirve atemperado (6 piezas)



2 piezas de Gunkan: bolitas de arroz rellenas de anguila y recubiertas de salmón laminado. Además no nos privamos de probar unos rollitos de entrecôte a la plancha rellenos de espárragos y cebolleta regados con una salsita muy gustosa.

Para finalizar también compartimos un pudín ligero de dulce de leche con caramelo y una mousse de fruta de la pasión. ¡Toda una hazaña!

A lo largo de la cena sólo nos incomodó la presencia de un pequeño grupo que llegó más tarde, las chicas levantaban la voz por encima de la capacidad de sus cuerdas bucales, hasta tal punto que decidimos abandonar el local para tomar el te en una tranquila terraza.

Era todo tan apetecible que probamos muchos más platos de lo que en realidad podíamos comer. En total 8 platos de raciones abundantes, sabrosos y presentación cuidada.

La factura:

Edamame 4'00 €
Ceviche 9'80 €
Ebi Tempura 12'50 €
Picasso Uramaki 12'50 €
Hot Geisha 9'90 €
Gunkan 5'90 €
Dulce de Leche 3'80 €
Mousse de Fruta de la Pasión 4'90 €
Parxet Titiana Rosado 500 ml 14'75 €

Total: 78,05€

39,25€ por comensal.

Lo nuestro fue una desmesura. En realidad en Ikibana se puede comer estupendamente por unos 25€. Os lo recomiendo.
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