lunes, noviembre 12, 2012

Rico Las María de toda la vida, las galletas más saludables

Rico


Para un desayuno cotidiano, las maría son más apropiadas que las doradas y que otras muy consumidas: su grasa es más saludable, tienen más fibra y menos calorías. Y en la cata quedaron bien.
El desayuno es la primera comida del día y la más importante para niños y jóvenes. Un desayuno ideal contendrá leche o derivados lácteos que aporten calcio; fruta y zumos, como fuente de fibra y vitaminas; y cereales con sus hidratos de carbono y proteínas. Pero una cosa es el desayuno ideal y otra el más común en los hogares, en el que las galletas son protagonistas estelares. Es por ello que CONSUMER EROSKI ha llevado a laboratorio y a cata 9 galletas de desayuno: dos del tipo básicas (Petit, de Río, y La Buena María, de Fontaneda), cuatro doradas (Marbú Dorada, de Artiach; La Buena María Ilustrada, de Fontaneda; María Oro, de Cuétara, y Creme Tropical, de Gullón) y tres especiales: Marie Lu de Lu; Chiquilín, de Artiach, y Yayitas de Lu.



Según la legislación, todas son 'Marías, tostadas y troqueladas' y están elaboradas con harinas, azúcares y grasas comestibles, con o sin adición de otros productos alimenticios para su mejor enriquecimiento, formando una masa elástica a consecuencia del desarrollo del gluten. Y se cortan por sistema de prensa o rodillo troquelado. Las doradas se han sometido a un baño de aceite vegetal tras el horneado y las especiales tienen una forma diferente a las básicas o algún ingrediente que las peculiariza (el huevo en Marie Lu y Chiquilín, la miel y el coco en Chiquilín). Las Yayitas también son doradas, ya que han recibido un baño de aceite vegetal. Los precios van desde los 2,04 euros que sale el kilo de Petit de Río hasta los 3,52 euros del kilo de Marie Lu. Las más baratas son las básicas (2,04 y 2,18 euros el kilo), y las más caras, las especiales, entre 2,99 y 3,52 euros el kilo. Las doradas cuestan entre 2,21 euros el kilo y los 3,01 euros el kilo de la de Fontaneda.

Galletas vs. sobaos, magdalenas, cruasanes y cereales

Estas galletas de desayuno apenas contienen agua (entre 1,5% y 3% de humedad), pero sí bastante pero muy distinta cantidad de grasa (desde el 10% de Petit de Río hasta el casi 25% de María Oro de Cuétara) y, sobre todo, una gran riqueza en hidratos de carbono, con una media del 72% del producto pero llega en alguna galleta hasta el 79%. La importancia de la proteína es menor, pero representa entre el 5,5%-7% del producto. En contra de lo que se puede pensar, la cantidad de fibra que estas galletas aportan al desayuno es poco significativa: desde el estimable 3,2% de fibra de Petit, de Río, hasta el escueto 1,1% de Marbú dorada, de Artiach. No sorprenderá a nadie que el análisis haya comprobado que a estas galletas se les ha añadido importantes cantidades de azúcar (de media el 17%), que representan el 18% del producto en tres muestras y el 21% en una. Sí llama la atención, sin embargo, que estas galletas sean más bien saladas: los valores de sal son de entre el 1,2% de Marie Lu y el 0,3% de Chiquilin. Un alimento se considera demasiado salado para la salud cuando supera el 1,5% de sal.
Con este perfil nutricional (poca humedad, muchos hidratos de carbono y bastante grasa) era previsible que las galletas resulten energéticas: de media, 465 calorías cada cien gramos; algo menos las básicas (432 cals/100 g) y un poco más las doradas (482 cals/100 g). De ahí que el consumo de galletas entre comidas no sea aconsejable; mejor limitarlas al desayuno.
Las galletas con aceite vegetal son más saludables que las que tienen grasas vegetales.
Por otra parte, procede comparar las galletas con otras opciones sabrosas y dulces para el desayuno, pero conviene hacerlo distinguiendo las maría básicas de los otros dos tipos. Las maría básicas son más saludables: tienen casi la mitad de grasa y -por ello y porque su perfil lipídico (proporción entre grasas saturadas e insaturadas) es algo mejor-, menos grasas saturadas que las doradas y las especiales. Además, tienen más fibra y son menos calóricas. También son más convenientes que sobaos y cruasanes, que tienen más grasa y grasas saturadas y resultan más calóricos. Ante las magdalenas (más grasa, el 25%, pero sólo el 16% de su grasa es saturada, frente a casi el 50% de las maría; y mucha menos sal), las maría básicas pierden, si bien por poco, en este hipotético combate de méritos nutricionales. Si se cotejan estas maría con los cereales de desayuno básicos, salen malparadas: los cereales tienen menos grasa (entre 2% y 6%), mucha más fibra (entre 15% y 25%) y aportan 365 calorías cada cien gramos, cuando las maría suman en torno a 430. Comparando ahora con las galletas de los otros dos tipos, se constata que son menos saludables para el desayuno que las magdalenas y, sobre todo, que los cereales. Y tan poco aconsejables como cruasanes y sobaos para las colaciones matutinas cotidianas: aunque tengan menos grasa, no pueden presumir de mejor perfil lipídico, debido a que casi la mitad -o más- de su grasa es saturada; y tanto en sal como en azúcar, fibra y aporte calórico sus valores son similares.

Para elegir la mejor galleta de desayuno
El análisis microbiológico comprobó que, aunque el estado higiénico de las galletas era correcto y el riesgo sanitario nulo, había pequeñas cantidades de B. cereus en ocho muestras y enterobacterias en dos muestras. Sólo una galleta carecía de estas bacterias: Creme Tropical, de Gullón. El estudio del etiquetado reveló que seis muestras lo lucían incorrecto por diversos motivos. El más grave fue el de Marie Lu: se declara 'fuente de fibra' (es obligatorio un 3% de fibra) cuando tenía solo un 1,7% de fibra, menos que siete de las ocho galletas restantes.

Dicho queda que las maría básicas son más saludables. Pero las otras siete no son todas similares, hay una que destaca y en positivo. María Oro, de Cuétara, aporta menos grasas saturadas, a pesar de que es la de más grasa (casi el 25% del producto). La razón es la calidad de esa grasa (sólo el 21% es saturada, frente al 50%-70% de las otras seis), que es aceite vegetal y no grasa vegetal, como en las demás galletas. Cada cien gramos, María Oro contiene 5 gramos de grasa saturada (lo mismo que las básicas), mientras que las hay que rozan los 15 gramos, como Creme Tropical, de Gullón, y los 10-11 gramos, el caso de tres muestras. La única pega de María Oro es su poder energético, 505 calorías cada cien gramos, cuando las básicas no llegan a 440 cada cien gramos.
Pero no todo es nutrición, las galletas, casi por definición, han de ser sabrosas y apetecibles. Para valorar lo organoléptico, se realizó una cata con 45 consumidores, cada tipo de galleta por separado. Los resultados del análisis sensorial evidenciaron que, entre las básicas, La Buena María de Fontaneda era la preferida, que en las doradas no había ninguna que destacara, y que en las especiales, Chiquilín era más preferida que las otras dos. En valoración global, ninguna mereció puntuación mediocre y destacaron Chiquilín (7,7 puntos) y La Buena María de Fontaneda (7,3 puntos). Siendo que esta última, básica, es la segunda más barata y una de las dos mejores en lo nutricional, La Buena María de Fontaneda logra el galardón de mejor relación calidad-precio. También Petit de Río es una galleta adecuada para los desayunos. Huelga decir que si a la galleta maría básica se le impregna una capa de mantequilla o margarina, la cosa cambia mucho, y no a mejor. Quienes prefieran galletas con más grasa y sabor, tienen en María Oro, de Cuétara, la mejor opción para un desayuno cotidiano: no destaca en cata y es la más calórica, pero es la única con aceite vegetal, lo que hace que su grasa sea la más saludable; y encima, es una de las más baratas.


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